miércoles, 20 de enero de 2010

Las mujeres deben aumentar diferencialmente sus competencias. Estrés

La experiencia como consultor y coach me indican que en general las mujeres deben aumentar diferencialmente sus competencias para lograr un desarrollo jerárquico profesional en las organizaciones (que es diferente al del hombre) la idea no es masculinizar su comportamiento para poder negociar desde un mismo umbral sus ideas. Desde mi perspectiva el modelo femenino comprende que la confrontación de ideas no es necesariamente la conquista de un territorio, el desplazamiento del otro, la muestra del poder… accionar desde lo femenino no implica debilidad sino por el contrario fortaleza e inteligencia.
Por supuesto que cuando describimos estas cuestiones partimos de la premisa de un estado emocional equilibrado, de “una mujer” que, al igual que el hombre, debe luchar contra sus instintos primarios emocionalmente reptílicos y peligrosos. Nos referimos a que debe transitar de ser humano a “persona”, construirse como persona más allá de su género. Machos y hembras de la especie humana tienen el desafío de aprender y entrenarse en su prefrontalidad. De lo contrario, sólo se reemplazaran aquellos aspectos de una cultura negativa adrenalínica por otra tan perjudicial como es la de una hembra impulsiva y dominante.
Estrés
Lo que sigue es la imperiosa necesidad de la complementariedad de géneros como variable significativa para lograr que las organizaciones merezcan ser espacios más confortables para ser vividos.
En las organizaciones la competitividad y el logro de objetivos no tendrían obligatoriamente que ser sinónimos de estrés agudo y agotamiento…
CONTINUAREMOS….

lunes, 18 de enero de 2010

LA MUJER DENTRO DE LAS ORGANIZACIONES

¿Qué particularidades posee el mundo emprendedor femenino?

La inserción cada vez mayor de la mujer en las organizaciones representa un avance, el gran desafió es que este hecho implique un cambio positivo en el modelo de gestión.

A raíz del proceso evolutivo y de la división obligada de tareas exigió para lograr la supervivencia de la especie que el cerebro femenino aprenda a pensar y procesar información en paralelo, es decir, a generar pensamientos sincrónicos. Pensemos en un mundo natural donde la mujer debía en simultáneo cuidar a sus crías, evitar que se acercaran depredadores, buscar alimento, cuidar de su propia supervivencia, etc., etc.
Estas acciones debía realizarlas prácticamente en simultaneo, ya que de eso
dependía su supervivencia y la de su descendencia. Este procesamiento cerebral generó a lo largo del tiempo un modelo de pensamiento múltiple y paralelo, que en general se mantiene vigente en el mundo actual (artificial y diferente al mundo primitivo).
La tarea casi exclusiva del macho era la de cuidar el territorio, evitar que otras especies extrañas o propias lo invadieran. Si esto ocurría, podía morir o ser desplazado del espacio de posesión de sus hembras, y por lo tanto su descendencia y su fuente de alimentos corrían peligro. En consecuencia, el macho necesitaba de un pensamiento lineal y secuencial, inundado de testosterona que en la actualidad sigue en general vigente.

Un desafío de la inserción de la mujer podría ser el de poner en duda este casi exclusivo modelo masculino imperante: cargado de adrenalina, necesitado de la razón y el poder, impulsivo... Desde esta perspectiva, entre otras variables el desafío podría implicar una menor necesidad de confrontación, búsqueda de nuevas alternativas de convivencia, compatibilizar resultados con la humanización de los vínculos... ¿una utopia?...

CONTINUAMOS