miércoles, 22 de septiembre de 2010

Descubrir lo que ya no sirve


En cada nueva situación compleja descubro (y me alegro) de la importancia de silenciar y dejar que por unos segundos el impulsivo cerebro reptílico, con sus correspondientes amígdalas cerebrales no tomen posesión de mi emocionalidad. Reconozco que es difícil, pero a su vez al redescubrir los beneficios de la prefrontalidad desde nuestro espacio más humano (los lóbulos prefrontales) frenando el deseo inmediato me permite seguir entrenando mi "ser-persona".


No es dato menor lo que sintéticamente acabo de escribir, desde mi profesión como consultor/coach/facilitador, puedo en la mayoría de las intervenciones sentir la coherencia entre lo declamado y lo accionado. Es muy difícil describir lo que siento, podría explicarlo como "Legitimado internamente", a su vez esto podría explicar porque muchos clientes perciben el diferencial de compromiso, honestidad y sentido común.
Desde el momento que comencé a estudiar neurociencias y me enseñaron que el entrenamiento permanente de nuestro cerebro es una de las pocas alternativas válidas para modificar comportamientos y hábitos que deseamos desechar, con altibajos trato diariamente de estar en estado de conciencia "ser conciente de mis incompetencias", para que hasta tanto nuevos comportamientos las reemplacen, las mismas no dañen a los demás ni me dañen.


Pues entonces aliento a quien quiera crecer a no escapar al corto dolor de descubrir lo que ya no sirve, y entrenar con esfuerzo nuevas formas de pensar y accionar en este contexto cada vez más complejo y desafiante.