Tenemos y necesitamos de una
fantasía de control para vivir, por eso en todos los tiempos se han creado,
religiones, mitos, supersticiones, magias y otras tantas creaciones humanas.
La verdad es que tenemos muy poco
control sobre la vida y las circunstancias, tras un hecho dramático, lo que te
deja la experiencia es la capacidad para maximizar la inteligencia racional y
la emocional para que ese pequeñísimo espacio de control que depende de cada
uno pueda usarse al máximo de nuestras posibilidades.