jueves, 25 de junio de 2020

lunes, 1 de junio de 2020

PANDEMIA: DESARROLLAR LOS MEJORES EQUIPOS DE TRABAJO

Hoy más que nunca resulta trascendente repensar cual es el modelo más adecuado para lograr que los equipos (muchos de ellos conectados virtualmente) generen los mejores resultados posibles.
En general con esta Pandemia el contexto responde con propuestas de solución basadas en otros paradigmas que en muchos casos no son útiles para la realidad actual.
Como líderes en diferentes ámbitos podríamos incorporar estas perspectivas:
Somos seres adultos y debemos recurrir a la conciencia de adultez.



Es un momento donde resulta fácil deslizarse a un liderazgo paternalista, que genera iatrogénicamente en los liderados un incremento de emocionalidad dependiente.
El paternalismo (que se ejerce en muchos casos de manera inconsciente) retrotrae a los seguidores a acciones y pensamientos reverentes y de inmadurez en la autonomía.
El miedo, la incertidumbre entre otras cuestiones que genera esta pandemia acrecienta la dependencia y la inmadurez.
Es sabido que a lo largo de la historia el miedo ha logrado sumisión, dependencia y un aumento del control.
Lamentablemente los grupos, equipos, países con sociedades dependientes viven a la espera de soluciones externas salvadoras.
La mayoría de las personas han sido formateadas para la dependencia emocional y tienden a recurrir a los líderes, jefes, a sus propias parejas…para intentar tranquilizarse y cuando la complejidad e incertidumbre se acrecientan, aumenta en forma considerable la sujeción.
No solo ocurre en la vida organizacional o en la política, lo sutil de esta situación la conocen por ejemplo desde hace mucho tiempo las líneas aéreas. Me parece un buen ejemplo para intentar explicar lo refinado de las intervenciones humanas en el gobierno de las emociones.
¿De qué manera?
Basada en una realidad incuestionable de seguridad, la industria aeronáutica necesita de un absoluto control de los pasajeros. Generaron un efecto colateral que no intentan disimular:
“El control emocional”:
Una etérea generación de dependencia con una regresión infantil:



Cuando abrocharse o desabrocharse los cinturones, en que momento ir al baño, esperar que se nos alimente o nos brinden alguna bebida…observando durante las turbulencias la expresión de las azafatas…buscando indicios de peligro o tranquilidad…como de niños hacíamos con nuestras madres ante posibles peligros. Nos trasmutan en dependientes.
¿Hay otras alternativas?...
Los grupos dependientes en un principio son más complacientes para ser coordinados. Incluso en un primer momento pueden ser
más ligeros y eficientes: “Es el paternalismo consciente o inconsciente en acción”.
Posteriormente se tornan en un problema de difícil solución cuando la costumbre de la dependencia se cristaliza como dinámica de trabajo.
En el mediano plazo el aumento de la dependencia y la disminución de la autonomía complican al equipo y a cada uno de sus integrantes y por ende a la organización.
Hoy más que nunca resulta trascendente repensar cual es el modelo más adecuado para lograr que los equipos (muchos de ellos en la actualidad conectados virtualmente) generen los mejores resultados posibles.
El equipo que pierde capacidad de: autonomía, asumir riesgos en las decisiones “abandona la creatividad”, disminuye su capacidad de innovación y decrecen sus posibilidades de flexibilización ante contingencias aún menos graves que esta pandemia.
Lamentablemente no hay mágia ni alternativas de control reales
La imagen externa y lo que observamos en los demás y en nosotros mismos no siempre refleja lo que ocurre en el mundo emocional inconsciente.
Una opción eficaz es que los líderes apelen a lograr lo mejor de cada uno de sus colaboradores, a los logros en sus historias personales a la resiliencia particular de cada uno…
…es un poco más lento el proceso y posiblemente más exigente para los líderes…pero los logros son incuestionables en el corto plazo.
Los líderes necesitan acrecentar sus competencias comunicacionales, disminuir la propia ansiedad, aprender a confiar en la potencialidad de una buena parte de su gente.
Y en esta Pandemia, tanto en el trabajo como en la vida en general se agravan situaciones preexistentes es por ello que propongo reflexionar sobre los siguientes temas:
1. De todos los mensajes y sugerencias del contexto aceptar aquellos que nos resulten objetivamente posibles de ser tomados en cuenta, incluso lo de esta nota.
2. Dejar de lado todas aquellas propuestas de expertos de cualquier especialidad que nos proponen salidas que en muchos casos están planteadas desde la buena intención pero no contribuyen a encontrar soluciones pragmáticas.
3. Cada ser humano tiene su historia, sus propios modelos mentales, su proyecto de vida (con mayores o menores certidumbres)…darles su espacio y lugar.
4. Lo que sugiero es que cada uno se concentre en el empoderamiento de su propia historia, en las batallas que tuvo que pelear, en sus mejores salidas y en recordar la inutilidad de ciertas peleas.
5. Liderar, rodearse e involucrar a aquellos otros con los que puede reforzar alternativas de contención, salud, pareja, compañeros de trabajo, hijos…
6. Como emprendedores, lideres, responsables familiares, el camino adecuado en estos momentos es proponer conversaciones adultas. Preguntar y no prometer, invitar a mirar el presente asumiendo que cada paso es la construcción de futuro.
7. Apelar a la solidaridad, promover conversaciones y acciones que colaboren a la salida de la supervivencia para entrar en el campo de la trascendencia.
8. Buscar alternativas posibles basadas en las propias potencialidades
9. Encontrar nuevas posibilidades de acción que no se requirieron en otros momentos, apelando a resultados positivos de otras categorías
10. El futuro lo construimos cada día con cada acción u omisión que realizamos.
Somos seres adultos y debemos recurrir cada vez más a la conciencia de adultez…de la propia adultez de trascendencia.

martes, 19 de mayo de 2020

EN CADA INSTANTE SOMOS RESPONSABLES DE NUESTRO EQUILIBRIO EMOCIONAL...OTRA MIRADA SOBRE EL ÉXITO

ESCUCHAMOS Y LEEMOS :

¿ COMO ACTUAREMOS CUANDO ESTO CONCLUYA?...   LO ESTAMOS DEFINIENDO AHORA CON LO QUE HACEMOS

 

Cómo regular mejor las emociones durante la cuarentena



Cómo regular mejor las emociones durante la cuarentena Facebook, Instagram, el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), Infobae y UNICEF se unieron en la campaña #EnCasaconSalud para favorecer el bienestar emocional de las personas durante este período de aislamiento social que afecta a millones de personas. En esta segunda entrega, los sentimientos y el aislamiento El cerebro y el corazón son los protagonistas estelares de las emociones. (Shutterstock) Uno de los nueve puntos propuestos para proteger la salud mental durante la cuarentena en la primera entrega de la campaña #EnCasaconSalud de Facebook, Instagram, Fundación INECO, Infobae y UNICEF es el de conectarse con los seres queridos, llamarlos e interactuar con quienes se convive. Se trata de una acción que ayuda a sentirse acompañado y a regular mejor las emociones. La regulación emocional abarca todos los procesos por los cuales influimos en las emociones que tenemos, cuándo las tenemos y cómo se experimentan y expresan.


 






En diálogo con Infobae, el doctor Fernando Torrente, licenciado en Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA), doctorado académico en Medicina en la Universidad Favaloro y director del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO explicó: “El contexto de la pandemia supone un serio desafío para nuestra capacidad de regular las emociones. Estamos por momentos más ansiosos y decaídos. Estamos expuestos a un peligro sostenido e incierto para nuestra salud y de nuestros seres queridos. Debemos ejercer un fuerte autocontrol para mantener las medidas de seguridad: quedarnos en casa, lavarnos las manos, mantener la distancia social, entre otras”. Según el experto, “ese esfuerzo nos puede poner tensos y agotarnos. Al mismo tiempo, estamos privados de muchas cosas que nos hacen bien, como amigos, salidas, deportes, hobbies y muchas otras. Esa privación puede perjudicar nuestro ánimo. En resumen, nuestras emociones displacenteras pueden estar aumentadas en frecuencia e intensidad, y las placenteras disminuidas”. “Por ello, debemos poner en práctica y desarrollar más que nunca nuestros recursos para regular las emociones. Para poder hacerlo hay algunas cosas que puede ser importante conocer. En primer lugar, tenemos que saber que contra el mito de que las emociones son ingobernables, la investigación muestra que existen diferentes estrategias para poder regular nuestras emociones que las personas desplegamos naturalmente. En segundo lugar, es claro que algunas personas tienen mayor capacidad de regular las emociones, pero todos podemos hacerlo. Por último, nuestras habilidades de regular emociones pueden mejorarse”.
La regulación emocional abarca todos los procesos por los cuales influimos en las emociones que tenemos, cuando las tenemos y cómo se experimentan y expresan estas emociones (Shutterstock) Recomendaciones que, según estudios en psicología y neurociencias de la emoción, ayudan a regular mejor las emociones: -Es necesario reconocer y aceptar las emociones, aunque sean molestas. Dentro de las estrategias que usamos habitualmente existen algunas que suelen tener malos resultados. Estas son la supresión y la evitación: La supresión significa tratar de esconder nuestras emociones y la evitación implica eludir las situaciones que promueven nuestras emociones. Estas dos formas de lidiar con ellas generan efectos negativos y prolongan las respuestas negativas en el largo plazo. Por el contrario, reconocer y aceptar que estamos sintiendo una emoción determinada, aunque sea desagradable, suele ser el primer paso para una regulación efectiva. En contextos como el actual, donde los temores y preocupaciones son universales e inevitables, es importante reconocer cuándo nos estamos sintiendo mal. -Es conveniente nombrar con precisión y hablar sobre las emociones. La neurocientífica Lisa Feldman Barrett, experta en el estudio científico de las emociones, sugiere que aquellas personas que tienen mayor logran reconocer con más detalle y denominar de forma más específica las emociones que experimentan son más eficientes para regularlas. Esto también nos permite comunicarlas mejor a los demás. -Contextualizarlas. Las concepciones científicas actuales de la emoción nos enseñan que las emociones son recursos valiosos para afrontar nuestras circunstancias e inclusos las emociones desagradables tiene una función ventajosa. Por lo tanto, es beneficioso tratar de entender y contextualizar las emociones. Se trata de entender que éstas tienen un porqué, son la respuesta a situaciones que tienen relevancia e importancia para nosotros como personas. Por ello, en lugar de suprimirlas o evitarlas, debemos tratar de comprender cuál es su significado, qué mensaje nos están dando dentro del contexto en que estamos. Por ejemplo, el temor nos señala el peligro y la tristeza puede estar indicándonos que nuestros intentos de resolver un problema no están funcionando o que necesitamos pedir ayuda.








Shutterstock 162 -Asimismo, las investigaciones en neurociencias de la emoción muestran que en algunos casos es útil redefinir y reevaluar las emociones. Esto se denomina regulación cognitiva y significa cambiar el modo en que pensamos para cambiar cómo nos sentimos. Muchas veces las emociones se acompañan de ideas o pensamientos que pueden magnificar nuestras emociones negativas. Así ideas catastróficas o poco realistas pueden aumentar los temores de una manera desventajosa para nosotros. En esos casos, revisar esos pensamientos y buscar interpretaciones alternativas nos puede ayudar a calibrar nuestra respuesta emocional. -Por último, la investigación también demuestra que el empleo de técnicas de meditación y relajación son buenas herramientas para apoyar la regulación de las emociones. En particular, la meditación llamada mindfulness se asocia a diferentes efectos beneficiosos. Estudios neurocientíficos muestran que las áreas de la corteza prefrontal, asociadas con emociones y funciones sociales, son intensamente estimuladas con la meditación, mientras que las áreas del cerebro típicamente asociadas con el procesamiento de las emociones negativas, tales como la amígdala, disminuyen su actividad.durante su práctica sostenida. ¿Qué puedo hacer si con frecuencia participo de conflictos familiares? Según Fernanda Giralt Font, licenciada en Psicología y directora del Departamento de INECO Bienestar, “las relaciones familiares no siempre son sencillas. Los conflictos
forman parte de la vida y a veces resultan inevitables. Los conflictos no son negativos ni positivos en sí mismos, sino las maneras cómo los enfrentamos, son las que pueden perjudicar o beneficiar nuestra relación con los demás. Por eso frente a una situación de desacuerdo, uno puede tomar diferentes posiciones. Si no es algo realmente significativo lo que produce el malestar, podemos elegir evitar esa discusión”. “Pero si es algo que de verdad nos está afectando, la forma más constructiva de enfrentar un conflicto, puede ser escuchando activamente, con atención, sin ponerse a la defensiva, la posición del otro, intentando hacer empatía para comprender su punto de vista y explicando al mismo tiempo con claridad y sin agresión, el punto de vista propio. Si las dos partes en conflicto, logran correrse de la posición de cada uno para ahondar en los intereses y las necesidades de los dos, para buscar juntos una solución que contemple las necesidades de las dos partes, esa puede constituir la forma más colaborativa de resolver un conflicto”, agregó. Posiblemente este contexto de cuarentena y pandemia no sea el momento de tratar de resolver conflictos históricos (Shutterstock) De acuerdo a lo manifestado por la especialista, “si son frecuentes las discusiones y las peleas y fácil o rápidamente se genera un clima hostil y de ‘escalada’ del conflicto, donde lo que predomina es la ira, será necesario tomar distancia y hacer lo que se llama
‘tiempo fuera’, que significa correrse de ese mismo lugar donde está teniendo lugar la discusión, para lograr hacer un stop, tomar distancia, para poder detener el pensamiento y buscar distraer la mente, hasta poder regular la emoción y encontrar las palabras que permitan retomar la conversación de otra manera”. “Las sensaciones corporales (taquicardia, tensión muscular, rubor, ansiedad, malestar en el estómago o en la garganta) son las que primero nos avisan que la ira está produciéndose. Esas sensaciones físicas pueden ser buenas aliadas para saber que ese, es el momento de tomar distancia. Una vez que la intensidad emocional haya disminuido, intentar comunicarse sin atacar y expresando el mensaje hablando de nuestros sentimientos en vez de culpar a la otra persona, puede contribuir a que en lugar de defenderse por sentirse atacada, pueda escuchar más activamente”, explicó. Otro punto nombrado por la licenciada en psicología a tener en cuenta, es que posiblemente este no sea el momento de tratar de resolver conflictos históricos, y todos juntos, sino de sostener una convivencia lo más armoniosa posible. Por eso el uso de la amabilidad, el respeto, la paciencia y la tolerancia pueden ser excelentes aliados para la convivencia en este período. #EnCasaconSalud Facebook, Instagram, el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), Infobae y UNICEF se unieron para favorecer la salud emocional de las personas durante este período de aislamiento social que afecta a millones de argentinos.